Desde que habilitamos esta bitácora, nunca habíamos hablado de forma sencilla y amena sobre nuestra labor: la eficiencia energética.
Hoy queremos tocar un poco el por qué de la eficiencia, qué es y para que sirve y que, en contra de lo que mucha gente cree, la eficiencia energética puede ser económica y sobre todo rentable. En posteriores entradas abundaremos más sobre algunos temas, pero como toma de contacto es importante contar con unos conceptos sencillos y claros.
Corren tiempos en los que, lamentablemente, el impulso económico de este país no llega y parece que únicamente consiguiendo abrir mercado lograremos salir de este bache. Pero no hay que olvidar que en cualquier cuenta de resultados, ya sea la de Microsoft, como la de Pepín Pobrete, el principio del beneficio es el mismo. Beneficio es la diferencia entre el ingreso y el gasto.
Así pues, puedes obtener el mismo beneficio ingresando 100 y gastando 70 (beneficio de 30) que ingresando 70 y gastando 40 (beneficio de 30). Lo ideal sería un ingreso de 100 y un gasto de 40, ese debe ser nuestro objetivo.
Tenemos la falsa idea que la energía y el agua son fáciles de conseguir, pues no tenemos más que abrir el grifo para que salga agua, si lo giramos a la izquierda además la obtendremos caliente, y que enchufamos la tele y tenemos electricidad. Pero el proceso de generación, transporte y distribución de la energía es mucho más complejo que todo esto.
El modelo energético actual, eso no se le escapa a nadie, está abocado a un estrepitoso fracaso. Somos conscientes de que hay escasez de petróleo, de que no tenemos demasiada agua y de que, cada dos por tres, nos suben el recibo de la luz.
Además, el coste medioambiental que esto supone es gravísimo, somos parte responsable del cambio climático, del calentamiento global y de la polución masiva en las ciudades, hipotecando el futuro de las próximas generaciones por un mal interpretado confort.
Es algo está en nuestra conciencia, pero de forma muy amortiguada, como si no quedase otro remedio que asumir el coste que hay y que, si queremos seguir con nuestro actual ritmo de vida, estamos obligados a consumir esa energía.
La tecnología actual y los conocimientos adquiridos hacen que podamos tener ese “bienestar” sin necesidad de derrochar energía.
El concepto de la eficiencia energética es el siguiente: se trata reproducir luz o calor o frío necesarios, con un consumo mínimo de combustible es decir sacar el máximo partido posible de la energía.
Es habitual pensar que para cubrir nuestras necesidades necesitamos una cierta cantidad de kWh o de m³ de gas natural, pero eso no es cierto. Lo que en realidad necesitamos es agua caliente para ducharnos, luz para poder leer el periódico tranquilamente a una temperatura confortable.
Podemos leer el periódico de igual forma con una lámpara incandescente que con una de bajo consumo, o con un fluorescente, o una lámpara LED. El efecto es el mismo, leer el periódico, el coste que nos producirá será menor en función de la tecnología que empleemos. En eso consiste la práctica de la eficiencia energética: empezamos por considerar nuestras necesidades y luego estudiar como pueden ser satisfechas con el menor gasto posible energía de fósil.
Desde Ephícere entendemos la eficiencia energética con una simple relación.
La eficiencia, como veremos en posteriores entradas, puede ser aplicada en todas las facetas de nuestra vida, no solo en el ámbito laboral o en el doméstico. Una puerta mal cerrada puede producirse en una oficina, un taller, una casa, un comercio, un cuartel o una iglesia. El efecto siempre es el mismo. El calor va a donde no debe. En verano se nos cuela y en invierno se nos escapa.
La labor de Ephícere en este sentido es precisamente conocer DONDE se están produciendo los derroches energéticos y PONERLES REMEDIO a precio razonable, en ocasiones con medidas gratuitas (no sabéis la cantidad de hábitos, soluciones y medidas que se pueden tomar o cambiar con un coste ínfimo o sin coste alguno).
De eso se trata. De sacarle partido a nuestros equipos, de implementar soluciones y hábitos que hagan que nuestra facturación energética se vea reducida de forma drástica y nos libere un poco del ahogo que cada fin de mes sufrimos en nuestra economía.
SER RESPONSABLES DE NUESTRO CONSUMO ENERGÉTICO NOS AYUDA A NO DETERIORAR MAS EL MEDIO AMBIENTE, NOS AHORRA DINERO Y NUESTROS EQUIPOS DURAN MAS.
¡¡¡TODO VENTAJAS!!!